Es un acido graso esencial y es indispensable para el adecuado funcionamiento del organismo, ayudando a la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades.
Nuestro organismo solo puede producirlo en mínimas cantidades y difícilmente hace parte de nuestra dieta diaria, ya que se encuentra en muy pocos alimentos.
El omega 3 es vital para el recién nacido y la lactante. Es indispensable para el adecuado desarrollo visual y cerebral durante la gestación. Interviene en la formación de la retina, algunas hormonas y membranas celulares. Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares como las arritmias, ya que disminuye la formación de placas escleróticas, así como los niveles de colesterol y triglicéridos. Disminuye el riesgo de cáncer de próstata, colon y seno. Está relacionado con el tratamiento de algunos desordenes mentales como trastorno bipolar, depresión, déficit de atención y esquizofrenia. Es útil en el control de la diabetes, la hipertensión y las enfermedades renales. Contribuye al alivio de los síntomas de la artritis reumatoidea, el lupus, la soriasis, la dermatitis atópica, la enfermedad de Crohn y el síndrome de Raynaud.
Alimentos que lo contienen:
Pescados grasos de aguas frías como el salmón, el atún, la trucha, las sardinas y la caballa.
Aceites de canola, linaza y soya.
Mariscos como algas y anchoas
En las espinacas, lechuga y pepino
En la piña y las fresas
En las almendras, nueces y avellanas
Recomendación diaria sugerida:
En los primeros días de nacidos de 70 a 80 mg
En los primeros meses hasta los 3 años de 100 a 150 mg
En adultos de 1 gr
En embarazadas de 300 mg
En los primeros meses hasta los 3 años de 100 a 150 mg
En adultos de 1 gr
En embarazadas de 300 mg